martes, 16 de junio de 2009

La piedra

Le dije que yo sólo volvía por la piedra. Así que me acerqué un poquito, lo miré con la mucha rabia y la poca simpatía que le tengo, me agaché donde estaba y la recogí con elegancia. Cuando la empuñé y el tiro estaba presto a ser lanzado y/o proyectado medio a medio en sus horribles colmillos inferiores y amarillos, la mierda de piedra se desintegró cubriendo de sucia tierra mi traicionada mano. Y yo que sólo volvía porque estaba ella.